Ir al contenido principal

Otro viaje al trabajo

Bienvenides amigues, saludos para todes.
Les dejo para que disfruten el primer relato de este blog. Con un poco de suerte, espero se sumen otros a lo largo del tiempo.
Desde ya se agradecen las críticas y comentarios, aunque principalmente se estima la lectura.
En esta fecha, he decidido sólo acatar una de las condiciones del reto: la acción debía suceder en un tren.
Sin más, les dejo la historia. Un saludo y nos leemos.






Como todos los días, Juan llegó a la estación a las 7:33. La mañana era soleada y, a pesar de que hace poco había amanecido, cálida. Se esperaba una tarde calurosa y sin nubes. Buen día Matías, dijo mientras atravesaba el molinete con las manos en los bolsillos. Como de costumbre, el oficial le respondió con un gesto de cabeza.

El tren salía a las 8:02, por lo que caminó con paso tranquilo hasta la segunda puerta del segundo vagón. Chocó su puño con Jorge, el guarda, y se sentó mirando hacia adelante. El asiento del pasillo estaba todavía vacío, Marcela estaba demorada otra vez. Mientras pensaba en ella, y en cómo le gustaba quedarse en cama hasta último momento abrazada a sus gatos, entró Francisco. Le guiñó el ojo izquierdo y se quedó apoyado en la puerta que comunica con el siguiente vagón. Él sabía que no le correspondía estar ahí. Juan sabía que lo hacía para charlar con los pasajeros que necesitaran cruzar, todas las mañanas hacía lo mismo.

Pasaban los minutos y se iban completando los huecos. Las caras se iban reconociendo luego de tantos viajes compartidos. Algunos se saludaban con una simple mirada, otros con un gesto de la mano, Algunos se animaban a comentar alguna banalidad, como para amenizar la espera.

A las ocho en punto pasó Fernanda caminando por el andén, jugueteando con las llaves que en un par de minutos encenderían esa maquinaria. Le tocó el brazo a través de la ventana y le sonrió. Juan se reacomodó en el asiento, sabiendo que su viaje estaba por empezar. Un par de minutos después, el coche vibró y luego sonó fuerte su bocina. A continuación, Jorge se infló de aire y explotó dentro del silbato, dando aviso a cualquier desprevenido. Quienes estaban afuera ya podían ver el vapor salir desde las entrañas de la locomotora. En ese instante, cuando las puertas se cerraban, un cuerpo agitado las atravesó.

El joven vestía de traje y cargaba un maletín negro. Usaba corbata roja, zapatos marrones y tenía el pelo de color verde limón. Mientras el coche avanzaba lentamente, miró hacía ambos lados, eligiendo. Tambaleándose torpemente, se acercó en silencio y se desplomó en el asiento que Marcela había dejado libre por remolona. Juan, que ya lo había relojeado cuando ingresó, olió su suave perfume y espió su fino collar dorado. Algo en él le llamaba la atención.

El viaje transcurría tranquilo. Las estaciones pasaban y los pasajeros intercambiaban lugares. Francisco seguía firme con la espalda contra la puerta, Jorge se había desplazado hacia un vagón delantero y el fulano de traje continuaba sentado del lado del pasillo con el maletín entre las piernas y los brazos cruzados sobre el pecho. A su lado seguía Juan, sonriéndole al viento e intentando hacerse de valor.

Al pasar debajo del puente, decidió que ya era momento de hablarle. Cuando retornó la claridad, lo saludó, se presentó y le dio la bienvenida al coche. Iba a interrogarlo para averiguar su nombre, conocer de qué trabajaba tan peculiar sujeto, descubrir si con suerte se iría a bajar en la misma estación que él. Tal vez podría averiguar su teléfono. Eso sin duda lo intentaría.

El interrogatorio está a punto de comenzar. Bocina larga. Bocina corta. Bocina larga. Intento de frenado. Golpe. Treinta metros de angustiosa desaceleración. Gritos. Llantos. Gritos. Una sombra pasa por su ventana, dobla rápidamente y desaparece entre los árboles linderos a la vía. El fulano se para, le pisa el pie y salta por la ventana. Corre, salta sobre un pozo y se mete en el laberinto de árboles. Los pasajeros corren, claman por auxilio. Uno intenta llevarse una foto de recuerdo.

Mientras los médicos trabajan, los pasajeros ya aburridos del espectáculo salen hacia las vías. Algunos van esperar la próxima formación para seguir con su viaje, otros simplemente quieren fumar un cigarro, la mayoría se acerca a la calle a esperar algún colectivo que los saque de allí. Juan sigue en su asiento. Tiene un maletín entre las piernas que no piensa abandonar, los brazos cruzados contra su pecho. Está esperando que llegue la policía. Hay una declaración que realizar.

Comentarios

  1. Lucas es la primera vez que leo algo tuyo. Una buena trama, y el sujeto se saltó por la ventana dejando abandonado el maletín que cogió Juan. ¿Qué tendrá el maletín? Suerte en el tintero. Un abrazo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Buenas! Gracias por la lectura y el comentario. Quién sabrá que había allí dentro

      Borrar
  2. Gracias, Lucas, por participar con este en El Tintero de Oro. Me alegra que al final crearas tu propio blog. Un abrazo y suerte en el concurso!

    ResponderBorrar
  3. Buenos días Kurt. Bienvenido a Tintero, espero que te sientas a gusto en él.
    - Has conseguido que el tren y sus circunstancias sea el absoluto prota de tu relato.
    Apropiado y profesional poner la hora digital de esa manera.
    - Los gestos ayudan mucho a visualizar a los personajes. La serie de saludos mañaneros los has bordado compañero (manos en los bolsillos, paso tranquilo, gesto del saludo de la cabeza, choque de puños…)
    - La ambientación inicial dentro del tren, perfecta, introduciendo poco a poco a los personajes principales, los secundarios ( a los que, al algunos, y con buen criterio, les pones nombres para identificarlos mejor), y hasta a los personajes comparsa (los que hacen bulto, y sin embargo, son necesarios para dar impresión de que hay gente o grupo de personas)
    - ¡Para no ver al muchacho de corbata roja y pelo verde limón (desapercibido no pasaba) ¿Cómo no va a llamar la atención de Juan que se fija en todos los detalles?
    - Fantástica la serie de frases muy muy cortas en la parte álgida. Te felicito Kurt. Me ha encantado y haces, por su efectividad, que veamos y sintamos cada palabra. Me refiero a este bloque que copio: Bocina larga. Bocina corta. Bocina larga. Intento de frenado. Golpe. Treinta metros de angustiosa desaceleración. Gritos. Llantos. Gritos. Una sombra pasa por su ventana, dobla rápidamente y desaparece entre los árboles linderos a la vía. El fulano se para, le pisa el pie y salta por la ventana. Corre, salta sobre un pozo y se mete en el laberinto de árboles. Los pasajeros corren, claman por auxilio. Uno intenta llevarse una foto de recuerdo.

    Por tanto, gran inicio, buen desarrollo, y un final de los que me gustan, algo abierto a la imaginación ¿qué tendrá el maletín?

    Que como ves me he enrrollao, eso es que me ha gustado mucho tu trabajo Kurt.Te felicito.


    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Woow! Gracias por la lectura y el intenso análisis, siempre bienvenida por aquí. Pasaré por Locabajo prontamente

      Borrar
  4. Hola Kurt! Yo lo de enrollarse se lo dejo a Tara, que en eso es una experta (jeje). No, en serio, opino que la compañera se podría dedicar profesionalmente a lo de hacer reseñas literarias, ¿o no?

    Bueno, entrando a comentar tu relato, a mí me ha gustado mucho tu lenguaje tan descriptivo de todo lo que acontece tanto dentro como fuera del tren. El fragmento que ha transcrito Tara, por esa manera telegráfica de escribir, me recuerda mucho al estilo de Ray Bradbury (uno de mis escritores favoritos, y a quien David dedica el concurso del mes de marzo de 2020). Así, por ejemplo, en su relato "El que espera" podemos leer:

    <>

    Y un poco más adelante:

    <>

    A mí, personalmente, este recurso literario me encanta, pues te permite escribir de un modo a la vez ágil y vibrante.

    Volviendo a tu relato, también quiero destacar ese final tan abierto. ¡Muchas felicidades y mucha suerte en el concurso!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¿Yooo... enrollarme? ¡Qué va!
      ;)

      Borrar
    2. Gracias Beri por los comentarios. Realmente no tenía presentes los textos de Ray, pero viste como quedan en el inconsciente algunas cosas.
      La forma de escritura corta de esa parte que ambos destacan, la idea era que se sientan los hechos precipitados, rápidos y como uno arriba del otro. Me alegra que les haya gustado.
      Gracias por la visita, ya pasaré a saludar por tu blog en cuanto pueda

      Borrar
  5. ¡Ay, perdón, que no han salido publicados los dos fragmentos del relato de Bradbury! Ahí van...

    "Ahora es la mañana. Oigo un trueno inmenso. El olor del fuego me llega desde lejos. Oigo un golpe metálico. Espero. Escucho."

    "Una voz. Una voz extraña. Una lengua extraña que no conozco. Ninguna palabra familiar. Escucho."

    ResponderBorrar
  6. Hola, Kurt. Pues a mí también me ha gustado mucho tu relato. Original y muy bien ambientado. Mucha suerte en el Tintero.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias Marta por la lectura. Nos estamos leyendo en Vagabundos

      Borrar
  7. Hola Kurt. Es la primera vez que te leo. Me ha gustado mucho.
    Un abrazo

    ResponderBorrar
  8. ¡Bienvenido Kurt! al grupo de compañeros y escritores del Tintero de Oro, confío que no te costará irnos conociendo y acomodándote perfectamente.
    En cuanto a tu relato, coincido con otras opiniones de mis anteriores compañeros, puesto que efectivamente la trama la has centrado exclusivamente en una de las condiciones del concurso: que la acción suceda en un tren.
    Las descripciones de los personajes son muy visuales, así como todos sus movimientos y el rol que cada uno desempeña, tal como en una obra de teatro.
    Se intuye cierto misterio en torno al curioso personaje con el pelo de color verde limón, que al lleva un maletín del cual se desprende en el instante del accidente del tren. Dicho instante, está muy bien narrado a través de esas insistentes frases cortas y concisas. Puede que efectivamente tengan un cierto parecido al estilo de Ray Bradbury, pero lo cierto es que lo has sabido aprovechar bien.

    Te pido disculpas si me he alargado demasiado en mi respuesta, pero es mi estilo de comentar en la mayoría de las ocasiones.
    Mucha suerte en el concurso.

    P.D. Tuve que buscar en el diccionario "relojear", por lo que entendí significa "observar" en argot lunfardo.

    ResponderBorrar
  9. Hey! Gracias por la vista. Se agradece enormemente que te tomes el tiempo de leer y comentar con profundidad.
    Aclarando, "relojear" sí es lunfardo. Se utiliza como sinónimo de observar controlando pero con disimulo, sin ser advertido. También puede usarse para indicar que se mira sin interés, cómo al pasar, pero depende del acompañamiento y creo que no es tan común.
    Un abrazo!!

    ResponderBorrar
  10. Saludos Kurt, un relato lleno de muy buenos detalles que dan efectividad a la narración. Muy bueno tu relato. Éxitos y bendiciones!

    ResponderBorrar
  11. Hola, Kurt.
    Tu relato es muy visual, se perciben todas esas frases cortas, sintiéndose formar parte de la escena. Me ha gustado mucho ese halo de misterio y curiosidad que nos has dejado, y de preguntas finales, esas que siempre necesitan leer y saber mucho más. Te felicito.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderBorrar
  12. Hola Kurt, al igual que el resto de compañeros te doy la bienvenida al Tintero de Oro. Nos traes un relato que comienza en forma muy descriptiva, pero que va tomando velocidad según avanza hasta llegar a esa escena del accidente. Hay en la trama un halo de misterio en torno al hombre trajeado, de características tan peculiares, y su maletín, que centran enseguida la atención del lector. Te deseo mucha suerte en el concurso. Un saludo.

    ResponderBorrar
  13. Ahhh... Esas maletas. Como la de Pulp Fiction o la de Ronin, la maleta es uno de los mejores "easter eggs" de los que podemos echar mano a la hora de articular nuestras historias. Pero si el recurso de la maleta está bien, la descripción de los personajes está aún mejor. Bien definidos, con sus miserias y sus características propias.
    Un buen relato para el concurso, sin lugar a dudas.
    Felicidades y bienvenido.

    ResponderBorrar
  14. Hey! Gracias a les tres por la visita, me alegro que les haya gustado el escrito. Como notaron, la intención era tomarme el tiempo de describir la escena para que pueda ser bien visualizada y luego dejar que tomara velocidad hacia el desenlace. Un abrazo, nos leemos

    ResponderBorrar
  15. Hola Kurt.
    Me ha gustado bastante tu relato, has plasmado perfectamente la escena, trepidante, entretenido, atrapante y con buen giro sorprendente. !Mucha suerte en el tintero!
    Un saludo.

    ResponderBorrar
  16. Muy intrigante ese personaje que irrumpe en la rutina de los viajeros habituales y también la actitud, aparentemente tranquila, de Juan robando el maletín. ¿Se conocían de antes? Muy bien llevado. Me ha gustado mucho. ¡Suerte en El Tintero y felices fiestas!

    ResponderBorrar
  17. Un buen estreno con tu aporte.
    La acción totalmente desarrollada en un tren se podría decir que para Juan, que parece ser el protagonista absoluto, esta cotidianidad se rompe con un suceso extraordinario e imprevisto. no es un relato cerrado pues quedan flotando dudas. ¿ Por qué una de las pasajeras no aparece?¿ Quién es el individuo que pasa por delante de la ventanilla?¿ Qué motivos tiene el pasajero de pelo verde limón para perseguirlo?¿Por qué este abandona el maletín?
    ¡En fin! da mucho que pensar esta historia.
    Un abrazo y suerte Kurt

    ResponderBorrar
  18. Hola Kurt

    Me gusta la ambientación, la aparición del personaje del maletín y la imagen de la amiga remolona mientras abraza a su gato bajo las sábanas.
    Bien hecha la parte del frenazo del tren.

    Muy entretenido. Me ha gustado

    Suerte y saludos

    ResponderBorrar
  19. Me gusta mucho la ambientación que creas al principio, puro costumbrismo de un acontecer diario. Lo del hombre del traje, el maletín, el frenazo, es el quid del relato que deja de ser un día cualquiera para meternos en la acción, el suspense, el misterio... y lo logras con ese estilo de frases cortas, palabras, que imprimen una velocidad al relato muy acorde a lo que está pasando.
    Me ha dejado con ganas de más. ¿Tal vez una segunda parte?

    Un saludo y suerte en El tintero!

    ResponderBorrar
  20. Saludos desde Venezuela, buena narrativa y en especial atrapa desde el inicio con su toque de humor y suspenso al mismo tiempo. ¿ qué tendrá ese maletín? Estoy fascinada con todos los relatos que he leído todos tan diferentes e impresionantes. Espero que el mío esté a la altura de sus escritos.

    ResponderBorrar

  21. Hola Kurt, bienvenido a este concurso. Algunos ya llevamos tiempo, pero nos hace mucha ilusión compañeros , como tú, que no solo se animan a participar si no que se ilusionan con el blog que han creado para compartir sus relatos. Genial. Con respecto al relato comentarte que destaco el ritmo impreso según avanza la historia a y ese final abierto. Solo un pequeño detalle que te aporto en una frase: "La mañana era soleada y, a pesar de que hace poco había amanecido, cálida". Todo el tiempo es pasado, menos hace poco. Una posibilidad sería: La mañana amaneció soleada, vaticinando una tarde calurosa y sin nubes. Un abrazo

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Hey! Buen detalle encontraste, estoy modificándolo.
      Gracias por la lectura, un abrazo!

      Borrar
  22. Hola Kurt,
    ¡Qué buen suspenso tiene tu historia! Muy bien graduado. El ritmo es el del tren hasta el frenazo. Me gustó mucho
    Un saludo

    ResponderBorrar
  23. Lo que parecía un día normal de viaje en tren terminó en una inesperada tragedia. A destacar el ritmo narrativo y esos personajes singulares, con un final abierto para que trabaje la imaginación del lector. Buen debut, Kurt. Suerte en el Concurso. Saludos Cordiales.

    ResponderBorrar
  24. Hola Lucas, puedo llamarte así?
    Te confieso que soy bastante «cómoda» al leer ya que prefiero las historias con un final concreto a las que son con uno un tanto abierto y así me equivoco menos al pensar qué hubiera pasado. Pero tu manera de escribir y de describir cada situación y personaje me ha metido dentro del tren y durante toda la lectura he viajado con esos pasajeros, hasta he disfrutado del final y del maletín con su incógnita. Al final has logrado que me guste mucho. Un abrazote!

    ResponderBorrar
  25. Hola, Kurt. ¿Así que abres blog con este relato? Pues me parece fantástico, el relato y que lo hauas hecho con él. Muy buenas descripciones, casi se percibe todo lo que acontece en el vagón. Me gustó mucho elos cambios de ritmo de la narración, en función de la acción, un efecto muy conseguido. En cuanto a la trama, ¿qué hay detrás de ese maletín? Esa historia daría para mucho y sin siquiera acabar de mostrar lo que oculta.
    Felicidades por el relato, feliz año y un saludo.

    ResponderBorrar
  26. Una buena descripción de los personajes y de la escena inicial ,para adentrarnos en una historia que dejas en el aire y debemos resolver con nuestra imaginación. Bienvenido y suerte en el Tintero.

    ResponderBorrar
  27. "Tenía el pelo de color verde limón" por un momento pensé que venía del futuro no un rollo así jajaj me ha gustado mucho 🐾

    ResponderBorrar
  28. Bienvenido al Tintero, Lucas. Un final abierto que nos deja la intriga en el cuerpo. Ese curioso salto por la ventana del tren y ese, no menos curioso, pelo verde limón quizás serían clave para un relato más extenso. Mucha suerte. Un saludo.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Publicaciones destacadas

La Revolución

— Gracias compa ñ eros — comenz ó su discurso mientras levantaba la mano para acallar al p ú blico — , gracias compa ñ eras. Estamos aqu í reunidos, compa ñ eros y compa ñ eras, en esta asamblea internacional de emergencia convocada por las razones de p ú blico conocimiento, para poner fin al reinado del terror que los humanos nos est á n haciendo vivir desde hace much í simos siglos. Hemos soportado durante demasiado tiempo su humillaci ó n, su violencia y su codicia. Es este el momento, compa ñ eras y compa ñ eros, de que nos unamos entre nosotros, olvidando las diferencias que hemos est ú pidamente construido. Debemos convocar a esta lucha tambi é n a los compa ñ eros del Sindicato Marino Internacional y no olvidarnos de la Uni ó n Terrestre de Mascotas, quienes … — intenta decir mientras el p ú blico lo interrumpe con gritos y abucheos — . Por favor, ¡ por favor compa ñ eros! Es momento de unirnos, todos y cada uno de nosotros. Debemos juntarnos para ponerle fin a este m

π

Abrió sus ojos y se encontró con más de diez pares de pupilas que la examinaban. Pertenecían a todas caras conocidas, todas de amigos o familiares que la querían. Habían llegado desde varios puntos de la ciudad, en cuatro o cinco autos, y la observaban desde arriba, encorvándose un poco sobre su cama. Estaba triste, con ganas de llorar. Aunque intentaba evitarlo, para no preocupar a sus visitantes, sus ojos demostraban cansancio y la inclinación de sus labio, dolor. Ese dolor que desde hacía tanto tiempo la venía acompañando y la obligaba a calcular fríamente sus movimientos y evitar algunas comidas. Ese dolor que hasta parecía cómodo dentro suyo. Tanto, que no creía que vaya a irse nunca de allí. La saludaron. Los turistas, invasores de esa pena absoluta, querían saber cómo estaba. Como si no supieran que sufría en silencio, como si estuvieran esperando una mentira para calmar su conciencia, pusilánimes. Pero no, no señor, ella no los iba a dejar marchar tan fácil. Con u